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Formación que he necesitado para acceder al puesto y recorrido profesional.

Para alcanzar la condición de funcionario del cuerpo al que pertenezco, es necesario estar en posesión de un grado o licenciatura universitaria. Tras acabar la carrera en 2018 y opositar durante un breve período de tiempo al Cuerpo Jurídico Militar, me decanté por opositar a la Administración de la Comunidad de Castilla y León. De mi etapa como opositor quiero destacar la importancia de la constancia, que es un trabajo a medio plazo, con sus altibajos, pero con una meta que acaba llegando. También quiero agradecer el apoyo y dedicación de mis preparadores, familiares y amigos. En la primavera de 2022 y tras superar los diversos ejercicios (desarrollo por escrito de dos temas, un oral, un supuesto práctico y una prueba de idioma) aprobé a la primera la oposición.

Mi primer destino fue la jefatura de sección de inspección y explotación del transporte terrestre en el Servicio Territorial de Movilidad y Transformación Digital de Ávila. El 7 de octubre de 2022 comenzaba mi andadura en la Administración. Durante algo más de un año, mis cometidos principales fueron la tramitación de expedientes sancionadores en materia de transportes, resolución de controversias extrajudiciales como presidente suplente de la Junta Arbitral del Transporte, así como la planificación, ejecución y control de la actividad inspectora en la provincia de Ávila, especialmente en colaboración con la Guardia Civil, de la que me llevo un gran recuerdo. Una etapa bonita en la que conocí a muy buenas personas con las que sigo manteniendo el contacto y, en algunos casos, verdadera amistad.

El primer destino nunca se olvida.

Posteriormente, tuve la oportunidad de trabajar como director del Castillo de la Mota, en Medina del Campo. Este magnífico conjunto artístico e histórico se destina a fines culturales y formativos. Es aquí donde la Escuela de Administración Pública de Castilla y León –ECLAP– desarrolla bastantes de sus cursos presenciales. Una oportunidad de “cambiar tu rutina laboral”, seguir formándote y conocer a nuevos compañeros, todo ello en uno de los castillos más famosos de España.

El siguiente paso fue trabajar como técnico en el Servicio de Personal y Asuntos Generales en la Secretaría General de la Consejería de Cultura, Turismo y Deporte. En este período algunas de mis funciones fueron la asistencia jurídica, resolviendo reclamaciones, recursos y litigios judiciales. Además, fui el responsable de la gestión de la formación sectorial de la Consejería, en colaboración con los centros directivos y la ECLAP.

Finalmente, y hasta el día de hoy, trabajo como delegado de protección de datos de la Consejería de Cultura, Turismo y Deporte.

Funciones más relevantes que dan sentido al puesto.

Mi puesto actual abarca, entre otros cometidos, la supervisión del cumplimiento de la normativa en materia de protección de datos, una parcela del Derecho de gran importancia actualmente y que requiere de un continuo conocimiento y aplicación por parte de los empleados públicos, dado la elevada cantidad de datos personales que tratan a diario. En consecuencia, la asistencia a los compañeros en la definición de los registros de actividades de tratamiento, la resolución de solicitudes de ejercicio de derechos y la correcta aplicación de la normativa, permiten dar sentido y coherencia profesional al conjunto de los trabajadores. Existe un grupo de delegados de Protección de Datos a nivel autonómico en el que ponemos en común consultas y definimos la política a desarrollar en este ámbito.

Por otro lado, ejerzo funciones en el Servicio de Evaluación, Normativa y Procedimiento. Como alguna vez me comentaron, “el corazón de toda consejería”, pues es aquí donde se tramitan los expedientes que van a Consejo de Gobierno y se impulsan y supervisan órdenes, disposiciones generales, subvenciones, etc.

Anécdota de mi experiencia.

Como anécdota, recuerdo cómo, durante los primeros días de trabajo, te tienen que dar de alta en diversas aplicaciones. En caso de duda me decían, – “Tienes que llamar a CAU”. Yo les contestaba –“¿Seguro que se llama CAU?”, y ellos me contestaban –¡Sí, sí!, pensando para mí mismo ¿Dónde me he metido que hay gente que se llama CAU? Resultó ser el Centro de Atención al Usuario –CAU–.

Algo que destacaría del Cuerpo al que pertenezco en la Administración.

Una de las principales ventajas de pertenecer al Cuerpo Superior es su carácter polivalente. Te permite trabajar en prácticamente cualquier ámbito de la Administración, siendo uno de los que más movilidad tiene. No te vas a aburrir. Por otro lado, aunque es cierto que lo “ideal” es haber estudiado Derecho, puedes presentarte, tal y como dije, si tienes un grado universitario. Es un Cuerpo muy valorado y con grandes posibilidades de carrera y proyección profesional. Un verdadero 4x4.
Quiero terminar señalando que es un buen momento para opositar. Está produciéndose un importante relevo generacional, jubilándose un porcentaje importante de empleados públicos que necesita ser suplido por personal de nuevo ingreso. Aquel que se lo esté pensando, que no lo dude, ¡adelante!