¿Qué hace una Ingeniera de Telecomunicaciones en la Administración de la Comunidad de Castilla y León?
Mis inicios y crecimiento profesional
Llegué a esta Administración hace ya 25 años y casi por casualidad, con una beca de la Universidad de Valladolid para realizar mi proyecto fin de carrera sobre el marco regulatorio de infraestructuras de radiocomunicaciones en Castilla y León, coincidiendo con la expansión de las redes de telefonía móvil 2G-GSM y la preocupación por los posibles efectos en la salud de las ondas electromagnéticas.
Ya con el título de Ingeniería Superior de Telecomunicación, casi toda mi carrera profesional la he desarrollado como jefa de sección de infraestructuras en el Servicio de Telecomunicaciones Corporativas de la Dirección General de Telecomunicaciones y Administración Digital de la Consejería de Movilidad y Transformación Digital; primero como interina desde 2003 y, tras aprobar la oposición en 2006, como funcionaria.
Al principio estuve informando las autorizaciones de antenas de telefonía móvil y participando en los planes para llevar internet a zonas rurales, cuando apenas se alcanzaban los ¡512 kbps! Pero pronto acabé especializándome y encargándome fundamentalmente del cableado, wifi y electrónica para las redes internas de las oficinas JCYL, de los contratos de servicios de telecomunicaciones (datos, telefonía y videoconferencia), de colaborar con el modelo de gestión TIC corporativo, y de la renovación y mantenimiento de diverso equipamiento de comunicaciones.
Recuerdo de forma especial la dotación de instalaciones de telecomunicaciones en el nuevo Centro de Procesamiento de Datos, la interconexión de inmuebles de la JCYL con radioenlaces y con fibra óptica desplegada por canalizaciones municipales, o la implantación de los proyectos “Escuelas Conectadas” de la Consejería de Educación y “Residencias Digitales” de la Gerencia de Servicios Sociales.

Fue una etapa muy dinámica y enriquecedora, pues, además de estar en una espiral continua de nuevos proyectos, contratos y tecnologías, era imprescindible la coordinación con proveedores, interlocutores de otras consejerías y el personal informático de JCYL o compañeros de las Delegaciones Territoriales. Y era gratificante ver cómo el esfuerzo y dedicación del pequeño equipo del Servicio de Telecomunicaciones Corporativas tenía impacto en la mejora de la calidad, seguridad y eficiencia de las redes y servicios de comunicaciones de la JCYL, sin los cuales esta Administración no podría realizar sus funciones ni prestar los servicios públicos.
Durante aquella larga y bonita experiencia surgieron buenas amistades y, por suerte y debido a mi trabajo actual, aún mantengo el contacto con muchos de los grandes profesionales de aquella Dirección General.
Un nuevo reto: la seguridad de la información
En la actualidad soy técnica coordinadora de la seguridad de la información en la Secretaría General de la Consejería de Sanidad, encargándome, desde hace más de tres años, de impulsar el cumplimiento con el Esquema Nacional de Seguridad y de determinar y supervisar las medidas técnicas y organizativas para la seguridad de los sistemas de información y la protección de los datos personales en la Consejería.
La gestión de la seguridad de la información es esencial en cualquier administración pública, ya que permite proteger los datos personales de los ciudadanos y garantizar la continuidad de unos servicios públicos cada vez más digitalizados, frente a amenazas cada vez más complejas y sofisticadas y no sólo se basa en herramientas tecnológicas o actuaciones del personal TIC; es fundamental también la gestión proactiva de riesgos, la colaboración entre entidades, la implicación de la alta dirección, la gestión de proveedores, y la concienciación y formación del usuario y de los responsables de los servicios.

Gestionar la seguridad de la información exige aprendizaje continuo y puede generar cierta sensación de reto permanente y recursos limitados, pero debo reconocer que es un trabajo motivador y muy satisfactorio por su carácter transversal (técnico, normativo, organizativo y humano) y de mejora continua. Así, he de agradecer a la Consejería de Sanidad el poder ejercer estas funciones como Ingeniera de Telecomunicaciones.
Grandes oportunidades para un ingeniero de telecomunicaciones
Antes de acabar, me gustaría animar a quienes estudian o ejercen la Ingeniería de Telecomunicaciones a desarrollar su talento y profesión en la Administración de la Comunidad de Castilla y León. Se necesita realizar un máster habilitante y superar una oposición, pero aquí hay un gran abanico de posibilidades con trabajos muy interesantes y satisfactorios en ámbitos diversos: las infraestructuras, redes y servicios de comunicaciones, y ciberseguridad aplicados a los entornos administrativo, sanitario, educativo o de emergencias y protección civil; proyectos tecnológicos para las prestaciones sociales, teleasistencia o telemedicina; la gestión de portales web; la gobernanza del dato y datos abiertos; programas de formación y capacitación digital para la ciudadanía; gestión técnica y económica de proyectos financiados con Fondos Europeos; actuaciones y subvenciones para garantizar el acceso de calidad a Internet o a la TDT; planes para la innovación y competitividad empresarial; o proyectos TIC en sectores como la movilidad y el transporte o el patrimonio cultural, entre otros.
Y es que, en el actual contexto de digitalización, innovación y modernización de los procesos administrativos, los Ingenieros de Telecomunicaciones de la Administración de la Comunidad de Castilla y León tenemos un valor estratégico creciente, aportando conocimiento especializado, capacidad técnica y de gestión, y versatilidad. Todos nosotros, cada uno en su área y de forma más o menos directa, estamos contribuyendo activamente al progreso de nuestra comunidad y al fortalecimiento de unos servicios públicos más modernos, dinámicos, confiables y eficientes.